Que corra la sangre
No llegamos a planear nada, alguien se nos acercó e improvisamos sobre la marcha.
- ¡¡Eii!! ¡Vosotros dos! - nos llamó la chica pelirroja que había visto en el bar
<<La chica pelirroja... ¿Cómo se llamaba?¿Kat?>>
Ambos le miramos con cara interrogante y curiosa, aunque alerta. Estamos algo desconcertados, resultaba extraño que se nos acercara alguien sin conocernos
- ¡Hola! - dijo - se os ve con ganas de más gresca - sonrió con malicia restregándose las manos, nosotros le seguimos el royo - os informo de que en la taberna del Cazador Sombrío hay dos tipos que se van a pelear, e iba a ir con unos amigos, vamos a animar y a ver si alguien se le saltan los dientes
- Pinta bien la tarde entonces - sonreí irónicamente -¿Por dónde está ese bar? No somos de por aquí...
La chica pareció sorprendida por mi respuesta y entrecerró los ojos.
- Está muy cerca de aquí, ¿ves aquella tienda? - señaló una panadería detrás de mí, asentimos - pues, tuerce por esa calle y cuando llegues a la segunda intersección gira a la izquierda, antes de llegar a la avenida principal te lo encuentras - le miré confundida y se paró unos segundos a pensar - seguidnos si queréis, vamos a irnos ya...
- Sí.... mejor - me rasqué la cabeza avergonzada
A la mujer pelirroja se le unieron los dos hombres que la conocían dentro del bar, además de tres o cuatro gamberros más. Intercambiaron unas
frases con Kat, señalándonos a nosotros, aunque después de observarnos con
detenimiento nos aceptaron en su grupo. Todos se presentaron, Draven, que así se llamaba
el del bigote peculiar se acercó a mí con sonrisa picarona. Me cogió del hombro
y me apretó contra sí.
- ¿Eres de por aquí cerca, monada? – me miró con
aires de supremacía, yo me solté con repulsión y aparte sus zarpas de mis
hombros
- De donde venga a ti no te importa, ‘monada’ –
dije en tono insultante, él pareció ofenderse momentáneamente
- Eres dura, eehhh…, me gustan los retos – volvió
a su máscara de orgullo
- ¡Déjale en paz Draven, siempre igual de
pegajoso, solo te quiere tu espejo! – Se echó a reír y sus acompañantes le imitaron,
Darius, el chico del hacha a dos manos le tiró un papel a su hermano Draven y
le gritó algo parecido a ‘¡pesado!’
Me acerqué a hablar con Zed para quitármelo de encima.
- Parece que tienes admiradores – dijo entre risas, yo le eché una mirada de odio, enfurecida y él se rio más
Al poco llegamos a la susodicha taberna. Había mucha gente fuera y dentro del local. Unos hablaban, mientras disfrutaban de espumosas cervezas, otros discutían o se abucheaban y otras parejas estaban enredándose entre besos con lengua y manoseos.
- Parece que tienes admiradores – dijo entre risas, yo le eché una mirada de odio, enfurecida y él se rio más
Al poco llegamos a la susodicha taberna. Había mucha gente fuera y dentro del local. Unos hablaban, mientras disfrutaban de espumosas cervezas, otros discutían o se abucheaban y otras parejas estaban enredándose entre besos con lengua y manoseos.
- ¡Iros a un motel! - le gritaban algunos a esas parejas
Dentro aún había más ambiente, camareras de aquí para allá
llevando vasos y copas a las mesas, música heavy a todo volumen que hacía
vibrar los cristales, además del bullicio propio que hace mucha gente hablando. Había
también personas haciendo cola en la que parecía una trastienda, Kat se dirigíó ahí.
<<Supongo que allí es donde celebran las peleas
clandestinas>>
Dentro era una sala más o menos igual de grande que la
anterior, en medio de ella había un cuadrilátero un tanto chapucero. La gente
hacía grupillos antes de que empezara la pelea, trapicheaban con apuestas, entre
otras cosas <<creo que ese bolso era de una señora con la que me he cruzado antes y esas pastillas... definitivamente las drogas y los objetos robados no creo que sean lo peor de este sitio>>.
En cada lado del ring había un luchador, en un lado un hombre
calvo y musculoso con una banda tapándole los ojos, llevaba vendas rodeándole las
muñecas y las manos, en el opuesto, un popular luchador de esos barrios, le llamaban ‘El macho
mundo’. Todos esperaban nerviosos a que empezara la pelea, de repente el
dueño del bar subió a la tarima y gritando a todo pulmón anunció el comienzo de la lucha.