Reencuentros
- ¿Zed? - dijo alguien desde otra celda - ¿eres tú de verdad? - tosió, yo me quedé en silencio, ¿quién podía conocerme ahí dentro?
- Si ¿Quién lo pregunta? - dije
- Soy Diana - volvió a toser aquella voz, esta vez con más intensidad
- No puedes ser ella, está muerta - dije muy convencido, aunque hice una breve pausa - la vimos caer por un precipicio y ser engullida por un alud hace semanas, nadie puede sobrevivir a eso ¿Quién eres? - insistí, esta vez con un tono más enfadado
- Pues sobreviví - contestó - me encontraron malherida en el fondo del valle y me cuidaron hasta que me recuperé, después... - se hizo el silencio unos segundos - después me apresaron los Solari
- No te creo - contesté sin dar mi brazo a torcer, no podía ser verdad, ¿cómo podía haber sobrevivido alguien a aquello?, mis compañeros de celda empezaron a murmurar algo aunque no presté atención a sus susurros, esa no era la voz de Diana, era una voz rasposa, desgastada y temblorosa al contrario de la de ella que era firme y enérgica - ni siquiera reconozco tu voz