El mar lavanda
Crucé el bosque corriendo intentando alcanzar a Talon, pero sin éxito, cuanto más corría para acercarme más conseguía él aumentar la distancia entre ambos.
- ¡Talon, espera por favor!- apartaba las ramas con violencia mientras avanzaba - ¡estas equivocado! - le grité viendo como se alejaba cada vez más << esto es absurdo...obviamente no quiere hablar conmigo ni verme>>
Dejé de correr, finalmente paré en seco exhausta por el esfuerzo, <<intentaré hablar con el más tarde, tengo que explicarle lo ocurrido, todo esto es un estúpido malentendido>>. Decidí volver a casa, me tomé una larga ducha fría para reflexionar sobre lo ocurrido, no entendía su comportamiento, me resultaba muy infantil que hubiera huido y no me explicaba porque estaba espiándome.
No había terminado de secarme el pelo cuando mi teléfono empezó a sonar. Descolgué al cuarto timbrazo.