viernes, 20 de octubre de 2023

LOS CENTINELAS DE LA LUZ - CAPITULO 2

El reloj de sol

- ¿Quién eres? - un hombre de piel oscura y voz grave habló primero, sus dos pistolas estaban apuntándome.

Estaba demasiado sorprendida y confusa para responder, sin previo aviso una chica de cabello largo y liso y de facciones finas lanzó unas cuchillas flotantes contra mí con el grácil movimiento de sus brazos, las paró a escasos milímetros de mi cuello. Otra mujer de pelo corto y negro, que escondía sus ojos bajo unas gafas de sol dirigía su ballesta hacia mí, << ¿Quién usa gafas de sol en el interior?>>, por último, otra joven de pelo corto y plateado como el mío tenía su espada en posición de ataque dispuesta a abalanzarse en cuanto fuera necesario. Solo una mujer negra y con rastas, que estaba al lado del hombre, estaba tranquila observándome detenidamente. Respiré hondo y solté mi arma que aún tenía fuertemente apretada, levanté las manos en son de paz.

- ¿Quién eres? - volvió a preguntarme el hombre

- Me llamo Diana

- ¿Qué haces aquí? Solo los centinelas podemos usar la mesa traslador - seguía tenso apuntándome.

- No lo se, estaba en Demacia y vi la entrada a un templo, toque la mesa y... de repente estaba aquí - ¿Dónde estoy?

La mujer de rastas observó mi arma y luego me miró de medio lado, dio un paso posando la mano sobre una de las pistolas de su compañero, indicándole que las bajara.

- Lucian, esa arma es como la de las estatuas, creo que es una de nosotros - le susurró, el tal Lucian torció el gesto y aunque todavía tenso bajó los brazos - Irelia, Vayne, Riven bajad las armas - después me miró - Diana, por favor, acércate, trae tu espada - me agaché con cuidado a por mi hoja curva y me acerqué  a ellos - Estas en el templo de los centinelas de Targon.