Rituales oscuros
Falta un poco para la medianoche,
el vigilante del parque acaba de cerrar con llave la puerta de la entrada, me
espero a que se aleje para saltar la verja. Subo la valla y caigo con elegancia
haciendo crujir el césped con mis botas. Avanzo por los caminos haciendo el
menor ruido posible alerta de ver u oír algo sospechoso.
<<… que ha sido ese
ruido...viene de detrás del arbusto…>>
Me escondo casi de un salto
detrás de unos árboles y contengo el aliento.
<< Solo es un gato
persiguiendo la cena…. Uff, que susto me ha dado…>>
Sigo caminando y esta vez escucho
otro sonido, no es un felino cazando, ni el aleteo de un murciélago o una rata
corriendo… son voces. Me acerco sigilosamente al lugar donde están hablando,
dos personas se encuentran en un pequeño claro rodeado de rosales y cipreses,
con cuidado me coloco detrás de uno de los rosales para espiar.
<< ¡Es Annie! Fiora y su
tía se van a alegrar cuando sepa que la he encontrado…, pero ¿con quién está?
¿Por qué esta aquí?>>
Mi mente se llena de dudas, pero
estoy suficientemente cerca como para ver todo al detalle, me fijo en su
acompañante, es una hermosa criatura alada con apariencia de mujer, pero igual
de grande es su belleza también es su poder, un aura oscura irradia de ella,
sin duda es Morgana.
<< Kayle estaba en lo
cierto, había algo maligno aquí, pero no se aún que tiene que ver con
Annie>>
Dejo mis pensamientos a un lado y
atiendo a la conversación que están teniendo, está hablando Morgana.
- … si quieres traer de vuelta a
tus padres es el único que te puede ayudar, es el portador de las llaves de la
vida y la muerte.
- ¿Y Karthus lo puede conseguir?,
dime que tengo que hacer, quiero vengarme de los desalmados asesinos de mis
padres.
- Bien, lo primero, con todo tu
odio acumulado libéralo encendiendo una llama que arda enérgicamente e incendia
esas rosas con ella.
Me asomo entre unas de las ramas
y observo que hacen, Annie hace lo que le ha mandado ese demonio, de sus manos
brota una ardiente llama que deja gotear encima de unas rosas frescas rojas,
están dispuestas de tal forma que forman un círculo con seis radios simétricos.
Se esperan hasta que las flores se convierten en cenizas, Morgana coge algo de
entre las brasas y se lo da a la niña.
- Con esta espina pínchate el
dedo corazón y deja gotear la sangre en este cáliz.
- ¿Qué tiene dentro?
- Agua bendita.
Dudosa la pequeña se introduce la
espina y tras un gesto de dolor acerca el dedo a la copa y deja que se resbalen
por la yema de sus dedos unas gotas.
- Coge la copa y dentro del
círculo bébetela.
Recita las palabras como si las
estuviera leyendo, las tiene grabadas en su cabeza. Annie coge la copa.